miércoles, septiembre 12

Privacidad de datos o cómo internet te hace más humano

Hoy no debería escribir porque me tienen frita tantas redes y listas, y conversaciones ausentes, y algo de trabajo por ahí. Pero tengo hambre y estoy a dieta, problemas de que el verano en este país se celebre hasta la cuaresma.

Hablando con Brusco Lambrusco, otro hacktivista de redes al cual sigo, me ha inspirado a recomponer mi teoría socialmedia, o porqué no es alarmante la recopilación de datos privados por estas multis que nos tienen monitorizados. Sea Facebook, Google, Twitter o la próxima que venga. Ya sé que me pongo a riesgo de la decencia, pero son muchas y dispersas razones para defender la recolección de cualquier información privada o personal. Así que mejor lentos y descansados, como zombies.

1. Ya no se puede evitar. Como siempre, la peor razón y la más aplastante, como la realidad. O apagas el ordenador o cualquier contacto virtual será registrado.

2. Se supone que existen leyes que nos defienden. Otro riesgo más es que venga cualquier institución democrática a cambiarlas como mejor le venga en gana. Pero hasta aquí estamos bajo auspicio (o amparo) de la Declaración de Derechos, y viva la Revolución Francesa!

3. Del anterior punto, se deduce en lógica cuántica que las empresas que guardan estos datos corren el riesgo a ser procesadas por hacer uso de ellos. Así lo manda la Ley que pueden leer en resumidas cuentas: http://armakdeodelot.blogspot.com.es/2012/09/el-75-de-los-espanoles-metidos-la.html.

4. Viene Suiza y la lía y entonces ya tenemos mercado negro. ¿Quién puede hacer uso ilegal de tus datos? Cualquier corpo ilegal que te pueda robar tus mil eurillos ahorrados a la fuerza. Ves tú, y los hackers más inteligentes ni se molestan, porque para algo llegan a cambiar las fotos de la CIA o a petar el servidor de Microsoft. Lo que sea, si quieren hacer phishing que por lo menos se peguen una juerga, hasta tu cuenta, difícil que lleguen a salir indemnes.

5. Miedo al márketing. Eso es real, sí señor (aunque yo me dedique a ello). Pero por ahí metida está la estadística, así que, si realmente hay que temer que te persigan por tus siglas, no preocuparse, nos hemos convertido simplemente en un número multiforme de posibilidades casuales que sirve para engancharte a la publicidad, que ahora ya no podemos comprar. Vale, me lía la poesía.

El caso está, si una máquina es capaz de procesar una millonada de datos que un solo individuo no podrá conseguir jamás, ¿por qué no pensar que incluso es positivo que te recomiende aquello que realmente te apetece? 

A mí internet me ha salvado, antes no me quedaba más remedio que ver Sálvame los sábados. Desde que Google me persigue me siento hasta como la bien querida, sabe más que yo lo que necesita. A lo mejor me encuentro un día en la puerta a Zuckenberg y me voy a la dimensión desconocida, pero mientras sea sólo un registro que va perfilando cada vez más mis más íntimas fantasías, hasta me paga el psicólogo ofreciéndome por fin lo que realmente quería.

Conclusión: Amo las redes sociales, a Google Bot y sus servidores, la recolección masiva de datos y la estadística que encima me individualiza. Si quieren venir a procesarme, vaya cada uno con su conciencia, eso seguro. Pero desde las letras poco puedo conseguir, así que todo mi apoyo a esos informáticos que por la puerta trasera consiguen esconderse y dar en el clavo de los que no utilizan su verdadera identidad para tocarnos las peras (veánse lobbies, corpos, gobiernos o bilderbergs).

Pero si alguien está muy rallado y quiere salirse un poco de redes, a parte de los sistemas de ocultación de identidad que están a mano, hay páginas como ésta que te ayudan a gestionar quién controla tus datos.

No hay comentarios: