El miércoles pasado con esto de El país me encontré la contra de la escritora Rosa Montero, que dice:
Leo que Hugo Chávez, esa luminaria de la modernidad política, ha ordenado que
las empresas y fábricas venezolanas impartan cada semana cuatro horas de
educación marxista a sus obreros. Por cierto que Chávez puede ordenar eso y lo
que le salga de las mismas cejas, porque el pasado mes de febrero la Asamblea le
autorizó para "dictar decretos con rango, valor y fuerza de ley" durante año y
medio. Participe en el bonito juego de completar la línea de puntos: un
dirigente que puede imponer lo que le venga en gana sin más cortapisas, ¿es un
dicta...?
En fin, el caso es que este individuo sigue calentándose la boca con
el marxismo, lo cual es un arcaísmo que nos devuelve al siglo XIX. Pero lo peor
no es que Chávez sea así, sino que todavía haya gente por el mundo capaz de
considerarle una opción seria y de apoyar algo tan obsoleto. Todo esto forma
parte de la ola retrógrada que nos invade, de una pulsión profundamente
reaccionaria que recorre el planeta. Es el miedo a los cambios y al progreso.
Bueno, pues ya lo saben, populismo a golpe de maza estilo sudaca. Antes de que me llamen racista, creo que peco más de agosserada y que una buena frase a veces me justifica. Así que perdonen las ofensas, que me explico. No es que esté a favor o en contra de esta nueva forma latinoamericana. Sólo creo que es necesaria. América Latina ya lleva demasiados años aguantando imperialismo USA como para no hacer nada. Con la independencia de estos estados no sólo ganarán ellos, sino también nosotros. Estados Unidos perderá sus tentáculos en el sur y quizá así deja de alimentar su economía, que les confiere la cualidad divina. Pero, USAsubola y nosotros al tema.
Decía Wittwenstein, jaja, que "el límite de tu lenguaje es el límite de tu conocimiento". Y ahora fíjense en Chávez. Cuestión de lógica que va a acabar creyéndose con autoridad para adueñarse de medio continente. Quizá lo mismo les pase a los de arriba, sólo que ellos no son la risa de las conferencias internacionales. Dicen que el pueblo se merece el político que tienen y, sin ambiguedades, en un país como Venezuela o es Chávez o las multinacionales. Vaya elección. Así que no nos queda más remedio que escogerle, aunque algo hay que hacer para no volver a tener a otro peronista en el poder. Y digo que NOSOTROS tenemos que hacer por: a) menos poder de USA, y b) gobierno = a pueblo = a no sé la de años bajo control ajeno (y si los intelectuales de aquí ya estamos desencantados, imagínense los de allá que tienen dinero).
Así que bueno, yo no estoy de acuerdo con Montero, pero la entiendo. Me parece absurdo que desde aquí señalemos el infantilismo de utopías "obsoletas" cuando ni siquiera nosotros tenemos una opción política viable. Claro que no le llamamos marxismo, le diremos socialismo o izquierdas y siempre con una pretensión de centro que es aquello de la dialéctica, por cierto base del marxismo. ¿Y cuál es la diferencia? El lenguaje (gracias por el eterno retorno), o la comunicación política o, qué quieren que les diga, la publicidad. Sisi, la publicidad, que me tiene un poco hartita estos puritanos que sólo la critican. Pasa un poco como con Chávez, es abominable pero inevitable (Nietsche x 2). Y no sólo sirve para venderse, para comunicar tus ideas con gracia, sirve para crear un discurso que sea apetecible. Lógica del mercado o diálogo, es la verdadera guía de la sociedad. Escoja usted lo que más le apetezca, y si nos ponemos a imaginar... Seguro que ni el más idiota prefiere que un solo tío tenga todo el poder de las petroleras.
Barómetro de una democracia sana: anunciése y sabrá lo que los demás piensan. Y que Chávez dónde anda? Pues a donde llega. Todavía con el mercado flaco del imperialismo, todavía dirigiendo masas. Claro que puede utilizar la opción marxista! No hay una opinión pública que le diga que por ahí no pasa. Bueno, y qué si también me contradigo, tampoco voy a solventar el problema ideológico del siglo pasado. Antes ideas o materia? Pues no sé, en el caso de Latinoamérica casi que de naturaleza les sobra, así que más vale que pongan a funcionar sus cabezas o nosotros les pasemos algo de nuestra clase media.
P.D. yo es que lo adoro. Miren si algo se parece lo que dice Risto Mejide.
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