domingo, abril 22

Línea dura



Sé que no debería escribir sobre esto. Hay demasidas voces y seguro que hoy publico y mañana las cosas cambian. Pero no puedo evitar esa vena periodística de hablar sobre lo primero que pasa. Así que mucho me temo que sigo la tradición y voy a escribir los ecos del día.



Por suerte para ustedes, hoy he leído al Garton Ash, ése que sale en El País los domingos. A mí es un tipo que no me cae bien, no sé por qué, pero el caso es que lo leo porque es de los pocos que de un plumazo te da una idea general, y eso es mucho pedir. Y bien, hoy publica sobre las elecciones francesas y define bastante bien una de esas palabras que sólo sirven para que los periodistas se entiendan: "blairismo" (gobierno de Blair).

BLAIRISMO (según Garton Ash): "cualquier cosa que funcione" o, más exactamente, "una actitud ecléctica que toma elementos prestados de la izquierda y la derecha y se preocupa más por los resultados que por la coherencia ideológica" o, la última confusión, "combinación de dinamismo económico empresarial, con tasa de empleo elevada y justicia social, a través de un Estado social redistributivo". Ahí es nada, buena definición del centro más codiciado.

Dice el feliz inglés que ese es el modelo que los candidatos franceses tienen en mente. Y más les vale tener algo, porque hasta ahora Francia es el país que menos ha aprovechado esto de la comunidad euro. El artículo, no se crean que plagio, también dice que es el segundo país con menos desarrollo económico después de Portugal, y que ¡¡más de un 66% de la población depende del estado!! Un infierno de funcionarios desde luego. Y ahora entramos al trapo.

A pesar de muchos ortodoxos, tengo educación humanista desvirtuada por el telediario. Pero me gusta el teatro, así que mi voto es el clásico instinto de los gestos, las caras y algún que otro lema que se les escapa. Y con eso de momento voy tirando. Pero sufro del síndrome de indecisión y, ay qué dolor, mi educación me lleva al idealismo Royal, pero los autobuses reclaman el voto a Sarkozy. Porque, y aquí disiento con Ash, no estoy tan convencida de que el racismo sea la única razón de que Francia se encuentre sitiada.

La elevada tasa de desempleo y la xenofobia que hay en Francia hacen que la conflictividad social ponga en el punto de mira a la actividad política. La dependencia de los fondos públicos hacen responsable al Estado y después, en la calle, donde están todos, se cuecen los mitos raciales. La activación económica en Francia es necesariamente inmediata. Para que la gente se entienda, lo mejor es que tengan la nevera llena, y lo bueno de los empresarios es que si funcionas es igual el color del que te pongas. Ahí está, creo yo, la esencia del pragmatismo inglés, y ésta ha sido la base del gobierno de Blair. Pero el blairismo, tal como se plantea aquí, es imposible que se dé en modelos de Estado como el de Francia o el nuestro. Son países donde el Parlamento se convierte en una caricatura de las campañas. Todas las ideas acaban en un agujero negro y, si no estás de acuerdo con tu partido, te echan de una patada. Así es fácil saber a qué atenerse, y desatender la política para siempre.

La cualidad de los ingleses es su independencia. Como creadores del Parlamento han sabido seguir la definición original: la voz del pueblo. En Francia, como en España, parece que sólo haya dos o tres voces y tengamos que abanderarlas o denostarlas. Es difícil entonces plantear un modelo ecléctico como el que quieren adoptar. Y sobretodo porque ya les dije que me muevo por las caras y a mí me da que ni la Royal va a tener olfato para la pasta, ni el Sarkozy vaya a pensar que la "gentuza", que debe ser el resto de Francia, llegue a mejorar.

3 comentarios:

Jusephus dijo...

Gegantesc article. Enlloc he llegit un balanç millor de la campanya francesa. D'una lucidesa envejable.

Spectacularment marxista. Ja t'he linkat!

altrome dijo...

ei tio que em poses vermella. merci, merci! lo de marxista, si a mi pesar!

Nurie dijo...

Sí, cal felicitar-te pel post. La comparació que fas entre Anglaterra, França i Espanya la trobo molt encertada i m'ha ajudat a entendre perquè hi ha tants indecisos. Jo també entraria al sac!