Escribir palabras temerosas, dulces, oblicuas,
sin faltas, con sentido, sin orden, para mí, contigo: palabras de amor con
mucho odio en el impulso.
Relatar sucesos circunstancias, anécdotas y chistes,
giros en la historia que son parodia de sí misma.
Pensar en ser y apostar por
hacer para conseguirlo.
Soñar con algún genio, temer la admiración, no dejar
fluir por miedo a la extensión y recortar el momento en una síntesis mentirosa.
Escuchar para aprender de la paciencia, aguantar el estómago en su sitio, dejar
que las horas pasen al recuerdo, ensalzar su producción aunque sólo deje restos
como éstos.
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