sábado, octubre 24

Hablar de Cuba ahora es retrocecer 50 años y hacerse a la idea de que en su época fue el país que abanderó las ideas más modernas. Y ahora todos miran de reojo la isla y esperan uno de esos movimientos históricos como caso para el estudio sociológico. Por más que Cuba siga siendo la bandera de la integridad socialista, ya nadie puede disimular que la autarquía y la disctadura han deteriorado gravemente al país. La nueva generación sufre las consecuencias de un gobierno que defiende su sistema como un régimen moral sin cubrir los derechos básicos de vivienda, alimentación y sanidad y que actúa a dos manos manejando divisas extranjeras que sólo él sabe cómo reparte. Además la libertad de expresión se ha cohartado con una represión fundamentalista y la educación de los cubanos, ya de por sí mermada, se ha visto reducida a la información filtrada del Estado. Todo ello contrasta con la experiencia de tantos turistas y viajantes que vuelven enamorados de un país donde dicen se encuentra la gente más alegre y feliz que aquí.

La última encuesta realizada por Opinión del Pueblo , el instituto de estadística cubano, ha dicho que, del último discurso de Raúl Castro, la mayoría estaba de acuerdo con el planteamiento de cambios en la estructura económica. Por más que durante años Castro haya silenciado las voces de dentro y de fuera, es evidente que los cubanos saben bien dónde tienen que estar las reformas. Y ahora, el discurso sereno y práctico del hermano aparece como la solución perfecta a la apertura del país al mercado internacional. Pero, ¿es realmente seguro un gobierno continuista? ¿Qué medidas inmediatas necesita el país para reemprender una economía capitalista? ¿De dónde van a adquirir el capital para llevar los reformas adelante?

Por un lado, hay muchas voces que advierten que Raúl lleva administrando y conservando el régimen castrista en la sombra y que en realidad no va plantear ninguna nueva vía durante su mandato. Pero por otro, es cierto que lleva muchos años en primera línea y es el que conoce mejor la situación para poder dirigir un cambio sin grandes saltos. Aunque también hay muchos que aseguran que el único remedio que necesita Cuba es que el Estado deje de de meter mano en las empresas y apoye la iniciativa privada de los cubanos. Y el problema está en los datos: el PIB apenas tiene un crecimiento del 3%, la deuda externa asciende hasta los ____ millones, la población desciende cada año por las fugas a EUA y el único beneficio real proviene de la inversión extranjera que a duras penas repercute en el país. 32

Hace unos años todo el mundo temía que la muerte de Fidel supusiera el fin de cualquier vestigio comunista a manos de el zarpazo estadounidense.

Hace unos años todo el mundo temía que la muerte de Fidel supusiera el fin de cualquier vestigio autóctono, auténtico, local a manos del zarpazo estadounidense, pero los acontecimientos políticos de los últimos años en Latino América pueden ser cruciales para el futuro de Cuba. Raúl ya lleva tiempo en negociaciones con el todopoderoso Chávez, que tiene planes de hermanar a la pequeña isla como un reducto más de su resistencia anti EUA. Parece que éste pueda ser el camino lógico para el pueblo cubano y, si es así, su situación no promete cambiar demasiado. Desde fuera intelectuales exiliados piden más compromiso de la UE y sobretodo de España, pero ya están habiendo demasiadas barreras para las empresas como para que la sociedad europea se pueda comprometer con las posturas políticas y sociales de latino américa.

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