El insomnio tiene esa especie de lucidez trascendental que de vacaciones todavía se puede aprovechar. Y me ha venido todo de golpe con las últimas preguntas, las recurrentes y una peli que pensaba que no me iba a gustar. Mr Nobody, de Jaco Van Dormael, un francés que ni sabía que existía, pero que lo ha hecho todo en la película. Y no lo ha hecho nada mal. De toda esta ficción pseudo intelectual moderna, salvo ésta y Cómo ser John Malkovich. Pero incluso me parece que Mr. Nobody supera la anterior, es toda una sorpresa.
Me parece que es uno de los mejores tratamientos de trama que he visto últimamente. Incluso diría que es una de aquellas rarezas que consiguen que la forma se corresponda con el fondo. La discontinuidad temporal en la mezcla de tres historias paralelas se resume en la cita que explica el leitmotiv de la peli:
Aviso de spoiler entonces: a pesar de que el protagonista tenga tres vidas paralelas (por favor, ya no intenten entender la teoría de cuerdas, NO podemos viajar en el tiempo) tiene el mismo destino. También me refiero a la muerte, pero la película está tan bien hecha que no da a lugar a la interpretación, dice lo que quiere decir. En sinopsis: a pesar de ser tres historias casi opuestas, el protagonista sigue siendo el mismo e inextricablemente, aunque se enfrente a situaciones tan distintas, le persigue una especie de destino trágico que le va de perlas a la dramatización de la película. Vamos, lo que dice la cita.
Pues me viene el tema a mí de perlas también, que ando leyendo Matadero cinco, (obra maestra de Kurt Vonnegut que tengo la impresión que el director ha leído) y estoy en esa crisis existencial de maldito destino. Y me da por pensar que aunque no creo en el determinismo demiurgo, tampoco creo que el humano se haya superado a sí mismo. Vaya a revolverse Nietzsche donde esté.
La vida sigue y más que nada se empeña en ponérselo a uno difícil, un poco más cada vez. Y feliz engaño. Pero a pesar de ello el secreto es que me da la impresión que cualquier niño sabe inocentemente a qué se va a enfrentar. Esperar avanzar desde allá es creer que de viejos podremos entender porqué lo hicimos siempre igual... Se debería consultar con un psicólogo aquello de si es posible aprender algo después de los cinco años, o si es a eso a lo que llamamos personalidad.
Quizá la conclusión sea sólo una forma más de aceptar mi situación, pero voy feliz a la cama ahora que ya sé que ni dios, ni la genética, ni yo, podemos hacer nada por perder otro domingo resolviendo estas chorradas.
Me parece que es uno de los mejores tratamientos de trama que he visto últimamente. Incluso diría que es una de aquellas rarezas que consiguen que la forma se corresponda con el fondo. La discontinuidad temporal en la mezcla de tres historias paralelas se resume en la cita que explica el leitmotiv de la peli:
Each of these lives is the right one. Every path is the right path. Everything could've been anything else and it would have just as much meaning. Tennessee Williams.
Aviso de spoiler entonces: a pesar de que el protagonista tenga tres vidas paralelas (por favor, ya no intenten entender la teoría de cuerdas, NO podemos viajar en el tiempo) tiene el mismo destino. También me refiero a la muerte, pero la película está tan bien hecha que no da a lugar a la interpretación, dice lo que quiere decir. En sinopsis: a pesar de ser tres historias casi opuestas, el protagonista sigue siendo el mismo e inextricablemente, aunque se enfrente a situaciones tan distintas, le persigue una especie de destino trágico que le va de perlas a la dramatización de la película. Vamos, lo que dice la cita.
Pues me viene el tema a mí de perlas también, que ando leyendo Matadero cinco, (obra maestra de Kurt Vonnegut que tengo la impresión que el director ha leído) y estoy en esa crisis existencial de maldito destino. Y me da por pensar que aunque no creo en el determinismo demiurgo, tampoco creo que el humano se haya superado a sí mismo. Vaya a revolverse Nietzsche donde esté.
La vida sigue y más que nada se empeña en ponérselo a uno difícil, un poco más cada vez. Y feliz engaño. Pero a pesar de ello el secreto es que me da la impresión que cualquier niño sabe inocentemente a qué se va a enfrentar. Esperar avanzar desde allá es creer que de viejos podremos entender porqué lo hicimos siempre igual... Se debería consultar con un psicólogo aquello de si es posible aprender algo después de los cinco años, o si es a eso a lo que llamamos personalidad.
Quizá la conclusión sea sólo una forma más de aceptar mi situación, pero voy feliz a la cama ahora que ya sé que ni dios, ni la genética, ni yo, podemos hacer nada por perder otro domingo resolviendo estas chorradas.
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